Hoy os hablaré del huevo en todos los sentidos. ¿Sabéis cuantas partes tiene? Muchas, pero las más destacables, son 3:
Clara: formada principalmente por proteínas y agua. Indica la frescura del huevo según su firmeza y textura.
Yema: su color varía en función de la alimentación de la gallina y es donde se concentran las vitaminas, las grasas y minerales.
Pero hoy me quiero centrar en una parte muy importante del huevo, llamada fárfara. La fárfara es esa fina telilla que existe debajo de la cáscara, la cual recubre y cuida el delicado interior del huevo.
Ya que hablamos sobre la fárfara, aprovecho para daros un consejo muy interesante y sorprendente:
La fárfara sirve para proteger al huevo y a nosotros mismos. Si algún día os hacéis una pequeña herida o os rascáis, por ejemplo en los codos o las rodillas, dos partes de nuestro cuerpo difíciles de cicatrizar, os recomiendo lo siguiente: que os hagáis una tortilla para comer, y aprovechéis la fárfara, en crudo tal cual, y os la pongáis sobre la herida, la dejéis secar y ya tenéis una protección que además es cicatrizante. ¿Qué os parece? ¿A que es alucinante?
Para finalizar, quiero aclarar dos mitos alimentarios sobre el huevo:
1-El color de la cáscara indica el tipo de gallina, por ejemplo como el color del pelo de una persona, no significa que sea de peor calidad o haya sido alimentado diferente.
2-Una persona que tenga colesterol elevado puede seguir comiendo huevos, unos 3 o 4 a la semana. Aunque lo mejor es comerlos combinados con alimentos ricos en fibra como las verduras y hortalizas.
Buen fin de semana.
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